09 de agosto de 2024
¿Cuál es la diferencia entre SPF 15, 30 y 50? ¿Cuál protege más del sol? Descubre la respuesta y encuentra tu protector solar ideal.
El SPF es un concepto que aparece en casi todos los protectores solares. Pero ¿qué representa este número y por qué es tan importante? ¿Es verdad que un SPF 100 nos protege el doble que un SPF 50? En este artículo, veremos qué es exactamente el SPF y te explicaremos cómo funciona realmente esta medida de protección solar.
¿Qué es el SPF y por qué es importante?
El SPF, o Factor de Protección Solar, es una medida de cuánto un protector solar protegerá la piel de los rayos UVB, los cuales son los principales causantes de las quemaduras solares y contribuyen en gran medida al riesgo de cáncer de piel. Aunque los rayos UVA también son perjudiciales, el SPF se centra específicamente en la protección contra los UVB.
Los protectores solares con un mayor SPF absorben, reflejan o dispersan más eficientemente los rayos solares, lo que reduce de forma notable la cantidad de radiación que penetra en la piel y, por lo tanto, disminuyen el riesgo de quemaduras solares.
Por ejemplo, un protector solar con SPF 30 permite que la piel reciba solo 1/30 de la radiación UVB que recibiría sin protección. Esto significa que, en teoría, se puede permanecer 30 veces más tiempo al sol sin quemarse en comparación con no usar protector solar. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la efectividad real puede variar debido a factores como la cantidad de producto aplicado, la actividad física (que puede eliminar el protector solar a través del sudor o el agua), y la intensidad de la radiación solar en diferentes momentos del día.
Además de su función principal de prevenir quemaduras solares, el uso de protectores solares con SPF adecuado contribuye a una protección más amplia de la piel, ayudando a prevenir daños a largo plazo y manteniendo una apariencia saludable y juvenil.
¿Cómo se mide el SPF?
El proceso de determinación del SPF se realiza a través de pruebas controladas y rigurosas en un entorno de laboratorio.
Para empezar, se seleccionan voluntarios que cumplen con ciertos criterios, como tener un tono de piel uniforme y saludable. Luego, se aplica una cantidad estándar y generosa de protector solar en áreas específicas de la piel de los voluntarios (generalmente de 2 miligramos por centímetro cuadrado de piel).
Tras la aplicación del protector solar, los voluntarios son expuestos a una lámpara de radiación ultravioleta B (UVB) que simula la radiación solar. Este dispositivo emite rayos UVB de manera controlada y permite medir con precisión el tiempo que tarda en aparecer el enrojecimiento o quemadura solar en la piel protegida en comparación con la piel sin protección.
El tiempo de exposición necesario para que la piel protegida se enrojezca se compara con el tiempo que tarda en quemarse la piel sin protección. Esta comparación se utiliza para calcular el SPF del producto. Por ejemplo, si la piel protegida tarda 15 veces más en quemarse que la piel sin protección, el producto tendrá un SPF de 15.
Además de las pruebas con voluntarios, los laboratorios también realizan análisis químicos y físicos para asegurar que los ingredientes activos del protector solar se mantengan estables y efectivos durante su uso. Estos análisis incluyen pruebas de resistencia al agua y sudor, así como la evaluación de la estabilidad del producto bajo diferentes condiciones de almacenamiento.
¿Qué significan los números del SPF? Diferencias entre SPF 15, 30 y 50
En términos simples, si normalmente te quemarías después de 10 minutos de exposición solar sin protección, aplicar un protector solar con un SPF de 30 teóricamente permitiría estar al sol 300 minutos (30 veces más) antes de sufrir el mismo daño. Sin embargo, este cálculo es puramente teórico y asume una aplicación perfecta y uniforme del protector, algo que en la práctica es difícil de conseguir.
Más allá de la diferencia en cuanto al tiempo que nos permiten estar al sol sin quemarnos, cada SPF tiene unas indicaciones y características concretas.
SPF 15
El protector solar con SPF 15 bloquea aproximadamente el 93% de los rayos UVB. Aunque no ofrece la protección más alta, es adecuado para exposiciones solares cortas y para personas con piel menos sensible al sol. Es ideal para situaciones diarias con exposición moderada al sol, como paseos cortos al aire libre o actividades que no impliquen estar bajo el sol durante largos periodos.
SPF 30
Un SPF 30 bloquea cerca del 97% de los rayos UVB, proporcionando una protección más robusta. Este nivel de protección es recomendado para la mayoría de las personas y es adecuado para exposiciones solares más prolongadas, como tardes en la piscina, actividades deportivas al aire libre y paseos extensos.
SPF 50
El SPF 50 bloquea aproximadamente el 98% de los rayos UVB, ofreciendo la mayor protección disponible en los productos solares comunes. Este nivel de protección es ideal para personas con piel muy sensible o para situaciones de exposición solar intensa y prolongada, como vacaciones en la playa, actividades en altitudes elevadas o climas tropicales. Aunque la diferencia en la protección entre SPF 30 y SPF 50 puede parecer pequeña en términos porcentuales, para personas con alta sensibilidad a la radiación UVB, cada incremento en protección puede ser muy útil para evitar daños cutáneos.
Recomendaciones para el uso correcto del protector solar
Para asegurar que el protector solar brinde el máximo nivel de protección posible, es importante seguir algunas recomendaciones esenciales sobre cómo y cuándo aplicarlo:
- Cantidad adecuada: La mayoría de las personas no se aplican suficiente protector solar. La regla general es usar aproximadamente dos dedos para la cara o el equivalente a dos cucharadas para cubrir todo el cuerpo. No olvides áreas como las orejas, los pies, la parte posterior de las piernas y, si tienes cabello fino, el cuero cabelludo.
- Aplicación previa a la exposición solar: El protector solar debe aplicarse al menos 15 a 30 minutos antes de exponerse al sol. Esto permite que la fórmula se absorba adecuadamente y comience a funcionar eficazmente.
- Reaplicación: Es fundamental reaplicar protector solar cada cierto tiempo. Lo ideal sería cada dos horas, y más frecuentemente si estás nadando, sudando o secándote con una toalla.
- Elección del SPF adecuado: Como se mencionó anteriormente, elige un SPF que se adecúe a tu tipo de piel, la intensidad del sol y la duración de la exposición. Aunque un SPF más alto ofrece más protección, recuerda que ningún protector solar puede bloquear el 100% de los rayos UVB.
- Protector solar en días nublados: Los rayos UV pueden penetrar a través de las nubes, por lo que es importante usar protector solar todos los días, incluso cuando está nublado.
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