23 de septiembre de 2025
¿La caída del pelo es normal? Aprende a identificar si necesitas un champú anticaída y cómo combinarlo con buenos hábitos.
Seguro que más de una vez has salido de la ducha y te has quedado mirando con mala cara los cabellos que se acumulan en el desagüe. O has pasado el cepillo y, de repente, parecía que llevabas medio pelo entre las púas. Esa escena tan cotidiana es la que enciende la alarma. Pero antes de entrar en pánico, conviene saber que en la mayoría de los casos la caída del cabello es algo temporal y reversible. La clave está en cuidarlo bien y empezar por lo más básico: un champú anticaída de farmacia que te ayude a recuperar fuerza desde la raíz.
¿Por qué empieza a caerse el pelo más de lo normal?
En verano la caída de pelo se frecuenta, pero perder pelo no es, de por sí, una mala noticia. Forma parte de un ciclo natural en el que cada hebra nace, crece y, con el tiempo, se desprende para dejar paso a otra nueva. Lo normal es perder entre 50 y 100 cabellos al día sin que eso suponga un problema. En verano la caída de pelo se frecuenta
El asunto cambia cuando la caída se intensifica o cuando el cabello nuevo no crece con la misma fuerza. Las causas son muchas y, en la mayoría de los casos, se combinan.
Por ejemplo, hay épocas del año, como el otoño o la primavera, en las que el pelo se renueva más rápido. También influyen el estrés, la falta de descanso o una alimentación pobre en nutrientes clave como el hierro, la biotina o el zinc. Los cambios hormonales —menopausia, posparto, alteraciones tiroideas— son otro desencadenante frecuente. Y, cómo no, está la genética, que en algunos casos marca el terreno antes incluso de que aparezcan los primeros síntomas.
A todo esto hay que sumar el estilo de vida: el abuso de planchas y secadores, tintes muy agresivos o incluso la contaminación ambiental pueden debilitar poco a poco la melena.
El papel del champú en la lucha contra la caída
Quizá pienses que un champú poco puede hacer ante algo tan complejo. Y tienes razón en parte: por sí solo no obra milagros. Pero lo que sí consigue es mejorar el terreno sobre el que crece el pelo.
Se podría decir que el cuero cabelludo es como la tierra de un jardín. Si está limpio, bien cuidado y equilibrado, las raíces se agarran con fuerza y la planta crece vigorosa. Con el cabello ocurre lo mismo. Los champús anticaída no solo eliminan suciedad y grasa: también estimulan la circulación sanguínea, aportan activos que fortalecen el folículo y ayudan a mantener un ambiente propicio para que el pelo nuevo nazca fuerte.
Eso sí, hay que tener paciencia. No se trata de usarlo dos semanas y esperar resultados inmediatos. El cabello tiene sus propios tiempos y, por lo general, los primeros cambios se perciben a partir de los dos o tres meses de uso constante.
Champús anticaída que encontrarás en la farmacia
En Farmacia Rodulfo recomendamos champús con activos de eficacia probada, adaptados a diferentes necesidades. No existe uno universal que funcione para todo el mundo; por eso, elegir bien es tan importante como usarlo con constancia.
Algunos champús incluyen aminexil, que evita que el colágeno se endurezca alrededor del folículo y ayuda a que el pelo se mantenga firme durante más tiempo. Otros apuestan por activos como la cafeína o el ginseng, que reactivan la circulación y aportan un extra de energía a la raíz, especialmente en épocas de estrés.
Cuando el cabello está frágil y quebradizo, las fórmulas con biotina y vitaminas del grupo B aportan los nutrientes necesarios para reforzar la fibra capilar. Y en la caída estacional, sobre todo en otoño, la quinina es uno de los activos más eficaces para reforzar el anclaje del cabello.
En cueros cabelludos sensibles o con exceso de grasa, conviene elegir champús que combinen activos anticaída con agentes calmantes o reguladores sebáceos. Así se controla la caída al mismo tiempo que se cuida el equilibrio del cuero cabelludo. Para ello tenemos este champú para cuero cabelludo sensible.
Cómo sacarles el máximo partido
Un error habitual es aplicar el champú como cualquier otro: un poco de espuma y aclarado rápido. Para que funcione de verdad, hay que darle tiempo. Lo ideal es masajear suavemente el cuero cabelludo con las yemas de los dedos durante un par de minutos antes de aclarar. Este gesto mejora la circulación y permite que los activos lleguen mejor a la raíz.
La constancia también es fundamental. Usar el champú un día sí y tres no, no servirá de mucho. Hay que mantener la rutina durante semanas, incluso meses, para valorar los resultados. Y, cuando se combina con lociones o ampollas que actúan directamente sobre el cuero cabelludo, la eficacia se multiplica.
Más allá del champú: cambiar los hábitos
El cuidado del cabello no termina en la ducha. Lo que haces en tu día a día influye tanto o más que el producto que usas.
La alimentación es el mejor ejemplo. Un pelo fuerte necesita proteínas, minerales como el hierro y el zinc, vitaminas del grupo B y vitamina D. Dormir bien también es fundamental: durante el descanso, el cuerpo aprovecha para regenerarse, y el cabello no es ajeno a ese proceso.
El estrés, por su parte, es uno de los desencadenantes más habituales de la caída. Aprender a gestionarlo, hacer ejercicio o practicar técnicas de relajación puede ayudar más de lo que imaginas.
Y luego están los cuidados cotidianos: no abusar del calor de planchas y secadores, optar por tintes menos agresivos, proteger el pelo del sol y, sobre todo, tratarlo con suavidad. Un peinado brusco puede romper más cabellos de los que piensas.
Diferencias entre hombres y mujeres
La caída del cabello no entiende de género, pero sí se manifiesta de formas distintas. En los hombres, la alopecia androgenética es la principal responsable. Es progresiva, suele empezar en la zona frontal o en la coronilla y, aunque el champú ayuda, casi siempre es necesario apoyarse en otros tratamientos para frenar su avance.
En las mujeres, la caída suele ser más difusa y menos predecible. Puede estar vinculada a cambios hormonales, a periodos de estrés intenso o a déficits nutricionales. En estos casos, un champú anticaída puede suponer una diferencia notable, sobre todo si se combina con una rutina de cuidado más amplia.
Cuándo es momento de acudir al médico
La mayoría de las caídas son pasajeras y se controlan bien con cuidados adecuados. Pero hay señales que no conviene ignorar. Si la caída se prolonga más de tres meses, si empiezan a aparecer clareos o zonas despobladas, si el cuero cabelludo duele, pica mucho o presenta descamación, lo mejor es consultar con un dermatólogo.
El especialista puede pedir una analítica para descartar deficiencias o problemas hormonales, y en algunos casos pautar tratamientos más específicos, ya sea en forma de lociones de uso médico o incluso medicación oral.
En cualquier caso, en Farmacia Rodulfo contamos con farmacéuticos que tienen una dilata experiencia en tratar la caída del pelo junto a su diagnóstico capilar. ¡Ven a vernos y deja que te aconsejemos!